Los vasos de expansión son elementos fundamentales en múltiples aplicaciones, tales como sistemas de calefacción, refrigeración, energía solar y suministro de agua caliente sanitaria. Su principal función radica en preservar la estabilidad de la presión y proteger los componentes del sistema ante posibles daños derivados de cambios en la temperatura y la presión del fluido.
En sistemas de calefacción y refrigeración, los vasos de expansión ayudan a mantener una presión constante y evitan el riesgo que el sistema se sobrecargue o se quede sin fluido debido a las oscilaciones de temperatura y presión.
En instalaciones de fontanería, estos recipientes se utilizan para regular la presión en el sistema de tuberías y prevenir posibles daños causados por las fluctuaciones en la temperatura y presión del agua.
Si no instalamos un vaso de expansión en nuestro sistema puede ocurrir lo siguiente:
Daños en el sistema. La ausencia de un vaso de expansión puede ocasionar cambios súbitos en la presión del sistema. Cuando el fluido se calienta, se expande y aumenta la presión, lo que puede provocar daños en tuberías, radiadores, calderas u otros componentes. Por otro lado, cuando el fluido se enfría, se contrae y disminuye la presión, lo que podría generar fugas o daños estructurales en el sistema.
Pérdida de eficiencia del sistema. Las fluctuaciones en la presión pueden provocar una disminución en el rendimiento del sistema y un aumento en el consumo de energía, lo que reduce la eficiencia global del sistema.
Generación de ruidos molestos. Los cambios bruscos en la presión del sistema pueden originar ruidos desagradables que pueden afectar el bienestar.
Riesgo de explosión. En situaciones extremas, la falta de control sobre la presión en un sistema sometido a variaciones de temperatura puede representar un riesgo de explosión.
Existen diversas categorías de vasos de expansión y su elección depende de las necesidades específicas de cada sistema. Entre las opciones más frecuentes se encuentran:
Vasos de expansión abiertos. Son una alternativa que carece de membrana y se halla en contacto directo con el fluido. Es esencial ubicarlos en la parte más alta del sistema. Por lo general, se utilizar en sistemas más pequeños dado que su capacidad de regulación de presión es menos precisa en comparación con los vasos cerrados. En consecuencia, no son adecuados para aplicaciones que requieran un control riguroso de la presión. Su función principal es proporcionar un espacio donde el fluido pueda expandirse y contraerse sin perjudicar el sistema.
Vasos de expansión cerrados. Es el tipo más utilizado y permiten la expansión y contracción controlada del fluido dentro del sistema. Consisten en un tanque cerrado con una membrana elástica e impermeable, que puede ser fija o recambiable. La membrana divide el recipiente en dos secciones, una destinada al fluido del sistema y otra para un gas inerte como el nitrógeno. Cuando el fluido se expande debido al aumento de temperatura, el gas en el compartimiento se comprime, contrarrestando el incremento de presión ocasionado por el aumento de temperatura. Por el contrario, cuando el sistema se enfría y el fluido se contrae, la presión en el sistema disminuye, lo que provoca que el gas se expanda nuevamente.
Es importante seleccionar el vaso de expansión más adecuado a cada sistema para garantizar un eficiente y seguro funcionamiento. En nuestra sección de vasos de expansión encontrará el que se ajuste más a sus necesidades. Si requiere más información, no dude en contactar con nosotros.
Opiniones de nuestros clientes
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